Paleoindio - Norte Grande
Periodo extensivo a todo Chile y América en general, caracterizado por la caza de grandes herbívoros como el caballo americano y el mastodonte. En la dieta carnívora se incluyen también las raíces, frutos, semillas y productos del mar, obtenidos mediante la recolección. En la Zona Norte, este período está representado por instrumento líticos expeditivos, hachas, puntas de proyectil, cuchillos, raspadores y perforadores. El sitio principal está representado en esta zona por Quebrada del Maní, ubicado en el Desierto de Atacama, cercano a la Pampa del Tamarugal, donde fue posible apreciar lascas, desechos de talla, artefactos de molienda rudimentarios y puntas de proyectil del período Arcaico Temprano.
Cazadores Recolectores Terrestres - Norte Grande
Los grupos humanos, luego de la extinción de la megafauna, se organizan en pequeñas bandas unidas por parentesco, con un régimen de vida nómade orientada a la explotación de los recursos terrestres. Al igual que el Paleoindio, los instrumentos líticos son la principal tecnología material. Su movilidad estaba vinculada al aprovechamiento de los recursos en torno a las quebradas y vegas cercanas a la cordillera, además de la caza de camélidos. El sitio arqueológico de Tulan 52, evidencia el proceso incipiente de domesticación de estos animales.
Cazadores Recolectores Marítimos - Norte Grande
Las poblaciones en torno a la costa, al igual que los grupos especializados en la caza y recolección terrestre, se organizan en forma de pequeños grupos orientados a la recolección de productos marinos, tanto de pequeño tamaño, como moluscos y crustáceos, como mamíferos y aves marinas de mayor tamaño. De esta manera, su tecnología se diversifica, incluyendo también objetos de hueso, como los punzones. En esta área, a diferencia de lo que sucede en el resto del territorio nacional, se llevó a cabo una de las técnicas funerarias más complejas desarrolladas por la Humanidad, se trata de las Momias de la Cultura Chinchorro, que evidencian un profundo conocimiento de la biología además de un alto nivel de especialización que fue aplicado a casi la totalidad de los individuos, sin distinciones de edad o género.
Horticultores - Norte Grande
Se caracteriza por un modo de vida orientado a adopción paulatina de una dieta que incorpora lentamente el cultivo. Se mantienen muchas de las costumbres de los cazadores recolectores, por lo que continúa la caza y obtención de vegetales silvestres, sin embargo, los grupos se vuelven cada vez más sedentarios, organizándose en torno a las fuentes de agua y pequeñas huertas, donde realiza además un sistema de riego artificial. En este momento, comienza el desarrollo de la tecnología cerámica, orientada a conservar algunos excedentes y cocinar ciertos vegetales cuyo consumo sería imposible sin la cocción. En determinados sectores, se tienen también animales medianamente domesticados. Tales son los casos de los sitios de Tulan, en el Salar de Atacama, Tilocalar y Azapa, que ya evidencian altas tasas de sedentarización y las aldeas de San Pedro de Atacama y Guatacondo.
Agricultores - Norte Grande
El modo de vida de los agricultores asume una movilidad muy reducida o nula. Los grupos se organizan en pequeñas aldeas en torno a huertas y animales domesticados. La sociedad requiere de una mayor cohesión para su funcionamiento ya que existen más tareas comunitarias asociadas a la producción agrícola y el ganado. La producción cerámica se hace extensiva y se diversifica dependiendo de las nuevas necesidades de almacenaje y producción de alimentos y bebidas, especialmente de quínoa y maíz en sociedades sedentarias como Azapa, que gracias a este tipo de economía muestran signos de aumento de población sostenida y jerarquización social.
Agroganaderos con organización centralizada - Norte Grande
En estos grupos ya hay una fuerte organización social y complejización económica, con poblaciones que habitan en aldeas nucleadas como en Codpa, estructuradas en base a un sistema de riego artificial que les permite mantener campos de cultivo de mayor extensión. Posteriormente hay dos momentos en que los modos de vidas adoptados en Chile prehispánico, cambian a un modelo económico y social foráneo de carácter estatal, el primero de ellos, con la presencia de Tiwanaku y luego, con la expansión Inka hasta la zona Central. Esto impactó directamente en la adopción de pautas culturales y en la producción de objetos con iconografía propia de ambas culturas, adecuada en muchos casos a tipos formales ya existentes.